James Dean taking ballet lessons, New YorK 1955
Creo que siempre he tenido una cita pendiente con el tutú.
El baile siempre fue super importante para mí, hasta el día que tuve que elegir entre dos destinos: sacarme una carrera o probar suerte dando piruetas. Siempre me he arrepentido de elegir mal, hasta ahora.
Me he dado cuenta que fui bastante hipócrita al creer que no podría vivir del baile, cosa que no es verdad, aquí viene la demostración.
Lo dejé hace tres años cuando empecé la carrera y aunque hubiera comenzado a bailar más tarde de lo habitual, siempre me dijeron que debía meterme caña, que tenía mucho potencial, supongo que me lo creí a medias, porque una vez retomadas las clases, han venido a pedirme que vuelva a trabajar como bailarín e incluso que me vaya a vivir a Liverpool a currar de ello. Decisiones arriesgadas, pero no me precipitaré, al menos por el momento, aún sigo oxidado.
Durante estos tres años, cada vez que veía un musical, un videoclip o algo relacionado con la danza, endurecía el cuerpo imaginándome los pasos y los ochos a seguir. Tenía muchas ganas de no poderme mover de la cama cada mañana por las agujetas de haber estado bailando 3 o 5 horas seguidas el día anterior, así que ahora me toca a mí, vibro cuando bailo, me hace volar.
Jamie Bell - Billie Elliot
6 comentarios:
¿El paso de la croqueta te lo sabes?
Puedo enseñártelo, si quieres.
Nunca es fácil decidir los sueños por los que luchar... ni el momento en el que arriesgarse. Pero está muy bien tu prudencia.
Qué bonito lo que has escrito Andrés, y lo que sientes por la danza.
Coge las maletas y vete a Liverpool, a la universidad siempre se puede volver!
Me ha encantado esta actualizacion.
...y a bailar!
Venga, DALE!
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