'Las personas grandes aman las cifras.
Cuando les habláis de un nuevo amigo,
no os interrogan jamás sobre lo esencial.
Jamás os dicen:
"¿Cómo es el timbre de su voz?
¿Cuáles son los juegos que prefiere?
¿Colecciona mariposas?"
En cambio, os preguntan:
"¿Qué edad tiene? ¿Cuántos hermanos tiene?
¿Cuánto pesa? ¿Cuánto gana su padre?"
Sólo entonces creen conocerle.
Si decís a las personas grandes:
"He visto una hermosa casa de ladrillos rojos
con geranios en las ventanas y palomas en el techo...",
no acertarán a imaginarse la casa.
Es necesario decirles:
"He visto una casa de cien mil francos."
Entonces exclaman:
"¡Qué hermosa es!"
Si les decís:
"La prueba de que el principito existió
es que era encantador, que reía y que quería un cordero.
Querer un cordero es prueba de que se existe",
se encogerán de hombros y os tratarán como se trata a un niño.
Pero si les decís:
"El planeta de donde venía es el asteroide B612",
entonces quedarán convencidos y os dejarán tranquilos sin preguntaros más.
Son así. Y no hay que reprocharles.
Los niños deben ser muy indulgentes con las personas grandes.'
- El Principito, Antoine de Saint Exupéry
1 comentario:
Me ENCANTA esta entrada. Ese libro ha sido mi favorito desde que tengo uso de razón (incluso antes). El tatuaje una pasada y el significado (por lo menos el que yo interpreto) más.
De 10.
Publicar un comentario